jueves, 17 de mayo de 2012

Fwd: [Unosmomentos] Lecturas del 17-5-12 (Jueves de la Sexta Semana de Pascua)



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De: "Unos Momentos" <nbadano@intermer.com.ar>
Fecha: 17 de mayo de 2012 04:51:30 GMT+02:00
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Asunto: [Unosmomentos] Lecturas del 17-5-12 (Jueves de la Sexta Semana de Pascua)
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Unos Momentos con Jesús y María


 Lecturas del 17-5-12 (Jueves de la Sexta Semana de Pascua)

SANTORAL: San Pascual Bailón 
 
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 18, 1- 8

Pablo dejó Atenas y fue a Corinto. Allí encontró a un judío llamado Aquila, originario del Ponto, que acababa de llegar de Italia con su mujer Priscila, a raíz de un edicto de Claudio que obligaba a todos los judíos a salir de Roma. Pablo fue a verlos, y como ejercía el mismo oficio, se alojó en su casa y trabajaba con ellos haciendo tiendas de campaña. Todos los sábados, Pablo discutía en la sinagoga y trataba de persuadir tanto a los judíos como a los paganos.
Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo se dedicó por entero a la predicación de la Palabra, dando testimonio a los judíos de que Jesús es el Mesías. Pero como ellos lo contradecían y lo injuriaban, sacudió su manto en señal de protesta, diciendo: «Que la sangre de ustedes caiga sobre sus cabezas. Yo soy inocente de eso; en adelante me dedicaré a los  paganos.»
Entonces, alejándose de allí, fue a lo de un tal Ticio Justo, uno de los que adoraban a Dios y cuya casa lindaba con la sinagoga. Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor, junto con toda su familia. También  muchos habitantes de Corinto, que habían escuchado a Pablo, abrazaron la  fe y se hicieron bautizar.

 Palabra de Dios.


 SALMO Sal 97, 1. 2-3ab. 3bc-4 (R.: cf. 2b)

 R. El Señor reveló su victoria a los ojos de las naciones.

 Canten al Señor un canto nuevo,
 porque él hizo maravillas:
 su mano derecha y su santo brazo
 le obtuvieron la victoria.  R.

El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel.  R.

Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos.  R.


X
Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 16-20

Jesús dijo a sus discípulos:
«Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver.» 
Entonces algunos de sus discípulos comentaban entre sí: «¿Qué significa 
esto que nos dice: "Dentro de poco ya no me verán, y poco después, me 
volverán a ver"? ¿Y qué significa: "Yo me voy al Padre"?» Decían: «¿Qué es  este poco de tiempo? No entendemos lo que quiere decir.»
Jesús se dio cuenta de que deseaban interrogarlo y les dijo: «Ustedes se 
preguntan entre sí qué significan mis palabras: "Dentro de poco, ya no me 
verán, y poco después, me volverán a ver".
Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en  cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se  convertirá en gozo.»

Palabra del Señor.
 
 
Reflexión

El mensaje que el Espíritu trajo a los discípulos y a través de ellos a la Iglesia entera, es el mensaje de Jesús.
Y al comunicar el mensaje de Jesús, junto con el mensaje comunica también  el poder y el amor de Jesús.

Es ese poder, el  que acompañó a los discípulos para anunciar el evangelio y que sigue acompañando hoy a la Iglesia.
Y es ese amor  que comunica el Espíritu Santo, el que les permite a los discípulos de entonces y a nosotros hoy ponernos al servicio del hombre.

Los discípulos no entendían las palabras de Jesús, no entendían que se iba a ir, y que luego lo volverían a ver, ni entendían que llorarían y luego su tristeza se convertiría  en alegría.

La tristeza que iba a embargar a los discípulos de Jesús por irse de su lado, no sería muy larga, porque Jesús al marcharse permitía que el  Espíritu Santo se hiciera presente. Y  con su venida, el Espíritu Santo  sería portador de una alegría que ya nadie les podría arrebatar.

Precisamente uno de los signos de la presencia del Espíritu Santo en  nuestra vida es la Alegría.
Cuando el Espíritu viene a nosotros, trae con él la alegría, porque él  mismo es la alegría.
Y cuando el Espíritu se da, comunica esa alegría de su ser a quienes se abren a su venida y a sus dones.

La alegría fruto de la presencia del Espíritu Santo, no es probablemente  la alegría que muchos conocen. No es una risa desaforada, no es una  sonrisa de compromiso o forzada.
La alegría cristiana, es ese gozo que surge de la convicción plena de que  Dios nunca nos abandona.

Santa Teresa de Ávila, esta mujer que pudo reformar una orden, que era muy emprendedora y de mucho carácter, que llegó a ser doctora de la Iglesia,  era muy simpática y hacía reír con frecuencia a los que tenía a su lado. 
Pero tenía mucho recogimiento cuando hacía sus oraciones o cuando se  dedicaba a Dios.

Y ella decía:
Tengo más miedo a una persona triste que a una legión de demonios Explicaba la Santa, que nada hace al hombre tanto daño como vivir tristes. 
Por eso aconsejaba huir de la tristeza como  de la más peligrosa  enfermedad.
Nuestras familias, nuestro ambiente, deben ser ambientes de alegría, debemos alegrar al Espíritu Santo que tenemos en nosotros.  Jesús anunció a sus discípulos y a nosotros, que la presencia del Espíritu Santo, nos  traería una serena alegría.
No es malo estar alegres.
Estar alegres no significa no ver la realidad..., nuestra realidad..., o  la de los otros. Estar alegres no significa ser indiferentes al dolor.
La alegría cristiana es el gozo de sentirnos verdaderamente Hijos de Dios y tener a Dios con nosotros.
Decía San Ignacio de Loyola: Donde reina la alegría allí está Dios, pero donde hay tristeza, por allí debe estar Satanás.
Por eso hoy  vamos a pedirle al Espíritu Santo, que venga a nosotros y nos llene de gozo, aún en los momentos de dolor y de pesar, aún cuando nos enfrentemos con problemas en nuestra familia o en nuestro trabajo y vamos a ofrecerle hoy a Él nuestro compromiso de mirar la vida, siempre con  esperanza.

En esta luz del nuevo día
que me concedes, oh Señor,
dame mi parte de alegría
y haz que consiga ser mejor.

Dichoso yo, si al fin del día
un odio menos llevo en mí,
si una luz más mis pasos guía
y si un error más yo extinguí.

Que cada tumbo en el sendero
me vaya haciendo conocer
cada pedrusco traicionero
que mi ojo ruin no supo ver.

Que ame a los seres este día,
que a todo a trance ame la luz,
que ame mi gozo y mi agonía,
que ame el amor y ame la cruz.
Himno de la Liturgia de las Horas
 

SANTORAL: San Pascual Bailón 

Nació en Torrehermosa, poblado de Aragón, en una humildísima choza, hacia el año 1540. Su padre, apellidado Bailón, le puso por nombre "Pascual", por haber visto el niño la luz en la pascua de dicho año.
De joven, cuida cabras y ovejas. Sentado a la sombra de un árbol, lee con dificultad, pues nunca ha tenido maestro. Pero él se ha propuesto aprender a leer y escribir, y lo logra gracias a la ayuda de algunos compañeros.
El pastorcillo descalzo, cubierto con burda ropa, es feliz; canta y reza, y sigue por los senderos con su rebaño hasta el atardecer, para hincar sus rodillas y agradecer al buen Dios otro día de gozo.
En Aragón vive Martín García, rico hacendado, de cuantiosa fortuna y hombre de gran corazón, que le propone adoptarlo como hijo y legarle sus bienes. Pero Pascual quiere imitar la pobreza de Cristo.
Las colinas, el valle, el manantial, el cielo, sus oraciones, sus libros piadosos son su quehacer de todos los días, mientras siente una voz interior que lo llena de contento. Es su vocación que aflora.
Corre el año 1564 y el  joven campesino se traslada de Aragón a Valencia, presentándose como postulante en el convento franciscano de Nuestra Señora de Loreto, donde demuestra su fidelidad plena al modo de vida evangélico.
Fue un alma sencilla, abierta al misterio de Dios, que se manifiesta especialmente a los humildes. La eucaristía constituyó el centro de su vida, consagrada por completo al servicio fraterno y la alabanza silenciosa al Señor, en un tiempo histórico lleno de violencia religiosa y superficialidad espiritual.
Los años de su existencia coincidieron también con un período de reforma de la vida cristiana; Pascual fue hijo fiel de la Iglesia que entonces -como en nuestros días- buscaba renovarse en torno de la mesa de Jesús.
León XIII lo declaró patrono de los congresos eucarísticos en 1897 y también lo es de todas las cofradías del santísimo y de la adoración nocturna.
Sus reliquias se hallaban en el convento franciscano del Rosario, de Villarreal, pueblo sobre la carretera que une Valencia con Barcelona. Fueron sacrílegamente quemadas durante la guerra civil española, en 1936.
 
 
 
Aclaración: Se han utilizado para la preparación de las reflexiones que acompañan las lecturas, textos de distintos autores: Hablar con Dios del P. Fernández-Carvajal, Cinco Minutos con Dios del P. A. Milagros, Meditaciones del Pueblo de Dios del P. E. López Rosas, Buenas Noticias para cada día del P. J.M.Garuza, Encuentros Bíblicos del P. M. Weichs, Por los Caminos del Señor del Card. C. Martini, Palabra de Dios para cada día del P. N Quesson, Pensar por Libres del P. E. Monasterio, etc.. y los comentarios de la Biblia Latinoamericana y de EUNSA.  También se han incluido Himnos y Salmos de la Liturgia de las Horas y se han utilizado las biografías de Amigos de Dios y de los Hombres, de Esther Pizzariello de Leoz, y 365 Historias de Clovis Bovo, para la preparación del Santoral.

Los realizadores de esta recopilación de textos no pretenden en ningún caso atribuirse la autoría de los mismos, ni persiguen ningún fin de lucro ni otro, que no sea la propagación de la Palabra de Dios y la doctrina católica.
 
Unos Momentos con Jesús y María
 
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