viernes, 15 de enero de 2016

Los humanos llegaron al Ártico hace 45.000 años

Los humanos llegaron al Ártico hace 45.000 años

Los humanos llegaron al Ártico hace 45.000 años

El afán exploratorio ha marcado al ser humano desde el principio de los tiempos y su hambre carnívora, también. Las dos cosas se unen en una nueva investigación publicada en la revista Science que sugiere que el Homo sapiens, la especie a la que pertenecemos todos, fue pronto capaz de adaptarse a las regiones más inhóspitas. Desafiando al frío, nuestros antepasados ya se las arreglaron para sobrevivir en la Siberia ártica hace 45.000 años, 10.000 antes de lo que se creía. La prueba es el cuerpo de un mamut congelado con claras señales de lesiones hechas por un arma. Alguien le dio caza con una lanza. Ese animal resultaba una fuente de alimento fundamental.

Los registros de seres humanos en el Ártico de Eurasia durante el Paleolítico son escasos y solo han aparecido durante los últimos veinte años. Antes, se consideraba que en esa época el hombre ni siquiera había llegado hasta allí. En 2012, un equipo dirigido por Alexei Tikhonov, de la Academia de Ciencias de Rusia, descubrió el esqueleto bastante completo de un mamut lanudo macho congelado en los sedimentos de un acantilado costero del litoral oriental de la bahía de Yeniséi, en la Siberia central. El animal conservaba una pequeña cantidad de tejido blando, incluidos restos de grasa de la joroba y el pene. La gran cantidad de grasa indica que el ejemplar, de unos 15 años de edad, se encontraba en buenas condiciones físicas. Mediante el análisis de radiocarbono de la tibia y los materiales adyacentes, los investigadores determinaron que vivió hace unos 45.000 años.

Con una lanza

Pero los restos escondían una sorpresa. Los huesos del mamut no estaban intactos, sino que mostraban varias heridas inusuales en las costillas, el colmillo derecho y la mandíbula. Las lesiones incluían marcas que parecían haber sido provocadas por el extremo de un arma afilada, como una lanza. Una de ellas, muy fuerte, fue sufrida por el animal de arriba hacia abajo, lo que solo es posible si se encuentra tumbado en el suelo. Las heridas parecen haber sido hechas por un método de caza específico que todavía se practica en África por los cazadores de elefantes, que se dirigen a la base del tronco para cortar las principales arterias y causar un sangrado mortal. Además, daños en el único colmillo preservado reflejan el intento de separar la parte externa haciendo un corte.

Para los autores del estudio, estos hallazgos no dejan lugar a dudas de que los humanos estaban presentes en el Ártico de la Siberia central hace 45.000 años, aunque no se hayan encontrado artefactos asociados en el yacimiento. Probablemente, los progresos en la caza del mamut, que aseguraban una abundante fuente de comida, permitieron a nuestros antepasados sobrevivir y expandirse ampliamente a lo largo de la parte más septentrional del Ártico siberiano. Los científicos creen que este importante cambio cultural pudo facilitar la llegada de los humanos al área cercana al puente de tierra de Beringia, lo que les brindó la oportunidad de acceder al Nuevo Mundo antes del Último Máximo Glacial, hace unos 26.500 años. Pero esa ya es otra historia.



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