El pescado fresco de los supermercados no es tan fresco como parece
Una investigación realizada por el periódico Sunday Mirror en los supermercados del Reino Unido, concluye que el pescado fresco que comercializan cadenas de supermercados como Tesco, Sainsbury, Asda o Morrison, no es tan fresco como parece, hasta un tercio de productos marinos como la caballa, la platija, el bacalao o el eglefino se habían pescado hacía 15 días, por lo que no tiene sentido que se etiqueten como pescado fresco.
Es un fraude en toda regla para los clientes que acuden a comprar pescado fresco a estos supermercados, se supone que un pescado fresco que se ofrece en las pescaderías se ha capturado recientemente (un par de días). 15 días es demasiado tiempo y esto obliga a ocultar problemas que aparecen con el paso del tiempo, como el olor amoniacal resultante de la degradación del producto, ojos enturbiados, agallas sin el característico color rojizo, piel brillante, escamas y carne firme, etc.
En la investigación se recogieron varias muestras de pescado de los supermercados antes indicados para analizarlas y cocinarlas, en este estudio participó también el científico Richard Chivers, consultor de seguridad alimentaria especializado en análisis de riesgos, auditorías y formación de la industria alimentaria en materia de seguridad, principalmente en temas relacionados con los productos marinos. El experto analizó las muestras con un sistema estándar de evaluación sensorial que utiliza la industria para comprobar la frescura de los productos marinos.
Se examinaron las muestras de pescado fresco en el laboratorio tecnológico de los alimentos del Bridgwater College (Reino Unido), tras las pruebas oportunas se etiquetaron las 14 muestras de pescado con el tiempo aproximado que había pasado desde su captura. Los datos obtenidos son motivo de preocupación para el investigador, como decíamos, se detectó que un tercio de las muestras habían sido capturadas entre 12 y 15 días antes, pero el resto de muestras tampoco se podría decir que eran de pescado muy fresco, los más frescos habían sido capturadas en un periodo entre 6 y 9 días antes.
Los clientes creen que el pescado que adquieren es fresco y se tiene la percepción de que se capturó el día anterior, o al menos en los dos últimos días, consideran que van a poder disfrutar de un pescado con magníficas cualidades organolépticas, pero la realidad es que no van a disfrutar del pescado y además corren el riesgo de sufrir una toxiinfección alimentaria. A la compra del pescado supuestamente fresco hay que sumar que en ocasiones no se consume en el día, claro, creyendo que es fresco los consumidores lo guardan uno o dos días en la nevera antes de consumirlo.
Según la normativa, el pescado se puede comercializar como fresco si tras su captura se conserva en hielo hasta que llega al supermercado, pero evidentemente 15 días es demasiado tiempo. Por supuesto, las cadenas de supermercados antes citadas ya han respondido a esta investigación asegurando que pasa muy poco tiempo desde que se realiza la captura hasta que sus productos marinos se comercializan en la sección de pescadería. Una nueva normativa comunitaria obligará a informar a los consumidores sobre el lugar de captura, si es un pescado descongelado y cómo se capturó, denominación comercial y nombre científico, la fecha de duración mínima si procede, etc. Sin embargo, sobre la fecha de captura, según la nueva normativa los vendedores pueden incluir de forma voluntaria, para dar más valor al producto, la fecha de desembarque y el puerto en el que se realizó, la fecha de captura no es necesario que se indique en el etiquetado, y ésta debería ser una información de obligada inclusión.
Las cadenas de supermercados aseguran que pasa muy poco tiempo desde la captura hasta la puesta en el mostrador para la comercialización, sin embargo, los resultados de la investigación muestran que no es así. Tesco asegura que sus clientes alaban la calidad y variedad de pescado que ofrece la cadena, Asda declara que es el único minorista que da a conocer de dónde se abastecen y sólo venden pescado de calidad, algunos productos se han congelado previamente e indican en la etiqueta que han sido descongelados, explicando que tras este proceso los pescados se mantienen en su mejor momento para disfrute de los comensales. Sainsbury por su parte asegura que evalúa la vida útil del pescado y analizan toda la información pertinente, origen, temporada, elaboración, envasado, etc.
El análisis realizado por Richard Chivers determina que el pescado fresco de los supermercados no es tan fresco como parece, son piezas que están en el límite de la fecha de caducidad y por tanto han perdido significativamente cualidades organolépticas. Sería interesante que se realizara un estudio similar sobre el pescado que comercializan los supermercados y centros de distribución de nuestro país, posiblemente los resultados serían similares a los obtenidos en esta investigación.
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