miércoles, 26 de noviembre de 2014

Quién teme al invierno en Oslo | europa | Ocholeguas | elmundo.es

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Quién teme al invierno en Oslo

El invierno, la nieve, que pronto llegarán a la capital noruega, son la mejor excusa... para salir de casa. Rodeada de bosques, junto al fiordo, la naturaleza en Oslo se presenta realmente extraordinaria cuando bajan las temperaturas. Es el momento de disfrutarla con estos planes inaplazables que prueban el antiguo dicho noruego: No existe mal tiempo, sino ropa inadecuada..

Desde Holmenkollen. El salto de esquí es de visita obligada no sólo porque con su vanguardista diseño es el símbolo de esta ciudad que para muchos es la capital del invierno, sino porque depara espectaculares vistas del fiordo. Pero además, aquí se celebran animadísimas competiciones deportivas y su museo es ineludible: el más antiguo de esta temática en el mundo, acoge 4.000 años de esquí así como todo lo relativo a las expediciones polares noruegas. Más información aquí.

Trineo en Frognesteren. Muy cerca, en Frognerseteren, se encuentra el popular tobogán de Korktrekkeren (el sacacorchos): 2.000 metros con elevaciones de 255 metros, que acogió las competiciones de bobseligh en los Juegos Olímpicos de Invierno celebrados en Oslo en 1952. El recorrido finaliza en la parada de metro de Midtstuen. Está abierta hasta las 21.00 horas (salvo los domingos) y es gratuito. Se puede alquilar trineos junto al restaurante Finstua, cuya fabulosa edificación se remonta a 1891. Existen, por cierto, opciones menos intrépidas. Así con niños muy pequeños, es recomendable el parque de Uranienborg, St. Hanshaugen, el de Tøyen (junto al Museo Munch) o Myraløkka, junto al río Akkerselva.

Esquí de fondo. Si adonde fueres haz lo que vieres aquí toca calzarse unos esquíes de fondo, algo tan natural para un noruego como caminar. Oslo posee 2.600 kilómetros de pistas de esquí de fondo que se adentran en sus bosques, de los cuales 90 de ellos están iluminados. Son demasiadas las rutas, pero si tuviéramos que decantarnos por una nos quedábamos con la que parte del maravilloso lago de Songsvann (metro 6).

Y alpino, también. A media hora del centro de la ciudad, en transporte público, se llega al Oslo Winter Park, también conocido como Tryvann, con sus 18 pistas y 11 remontes. Apto para todos los niveles, es ideal para familias y niños pero también para los que buscan adrenalina pura: el parque posee la única Superpipe abierta al público en Europa. Abre a partir de noviembre-diciembre, hasta las 22.00 horas.

Patinaje sobre hielo. Con el buen tiempo es una fuente, cuando llega el frío es la pista de patinaje más animada de Oslo pues se ubica en pleno Karl Johann, la arteria principal en la que se dan cita tiendas, restaurantes, el Teatro Nacional, el Grand Hotel y el Parlamento. Nos referimos a Spikersuppa, que es, por cierto, gratuita; si no se dispone de patines pueden alquilarse por 100 coronas al día. Abre de 11.00 a 21.00, desde el 29 de noviembre hasta (previsiblemente) el 25 de marzo.

En ferry por el fiordo. ¿Quién dijo que los barcos son para el verano? En invierno los ferries que atraviesan el fiordo de Oslo, y comunican la ciudad con sus islas, siguen -en su mayoría- funcionado y deparan un recorrido ideal para turistas ya que, al ser parte del transporte público, su precio es módico (gratuito si se posee un OsloPass). La línea 92 cubre el trayecto Hovedøya, Lindøya vest, Nakholmen, mientras que la 93 llega hasta Bleikøya, Gressholmen, Lindøya øst, Hovedøya.

De paseo. La Oficina de Turismo de Oslo organiza visitas guiadas a pie por la ciudad. Cada día de la semana tienen una temática distinta: Desde seguirle los pasos a Harry Hole, a descubrir desde la fortaleza de Akerhus cómo era la ciudad en el siglo XVII, la Kristiania de Ibsen...

| Más información en Winterwalks.no.



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