Cabo de Palos, centinela de unas aguas espectaculares
La andaluza Cordillera Penibética se hunde en aguas mediterráneas (extremo más oriental) en el accidente geográfico que todos conocemos como Cabo de Palos.
El Cabo de Palos no fue siempre un cabo. Antaño un islote que un tómbolo (una lengua de tierra) unió al firme de la península. Los antiguos navegantes romanos llamaron "Palus" al cabo, que significa "laguna" en Latín, haciendo una clara referencia a su vecino el Mar Menor. Aunque "Palus" también puede significar "palo" o "estaca", término que recuerda a otros salientes como el gallego Estaca de Bares.
Lo cierto es que antes que los romanos arribaran a estas costas y pusieran nombre definitivo al cabo, nuestros particulares indígenas de la zona que eran conocidos como Mastienos, lo llamaron"Punta Trete". ¿Y qué nombre le pondrían los primitivos habitantes de Las Amoladeras? pues no lo sabemos, pero cierto es que buscaron cobijo cerca de Cabo de Palos para montar su campamento eneolítico casi tres milenios antes de Cristo.
Cuenta la leyenda que en Cabo de Palos naufragó San Gines de la Jara. No fue ni el primero ni el último, y es que estas costas están llenas de barcos hundidos tanto antiguos como modernos. Desde fenicios, griegos y romanos, pasando por alguno vikingo y terminando por pesqueros y el mayor naufragio civil de la historia de España: El Sirio.
Cabo de Palos paraíso para el submarinista
Los fondos de Cabo de Palos son de los mejores del mundo para hacer inmersiones subacuáticas. En parte por visitar estos pecios, en parte por un campo de cráteres marinos que hay en la zona, en parte por la reserva natural que hace de Cabo de Palos un lugar idóneo para la observación de fauna marina. Por encontrar en estas aguas nos podemos topar hasta con algún torpedo nazi de la Segunda Guerra Mundial. No sería el primero.
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— José Guillamón (@j_guillamon) marzo 15, 2015
En la punta del cabo, sobre un promontorio a unos 85 metros sobre el nivel del mar, se alza el Faro de Cabo de Palos. Este año 2015 cumple 150 años orientando a pescadores, mercantes, piratas, traficantes y demás marinos. Construido en 1865 tiene una altura de 50 metros. Las lámparas primitivas del faro se alimentaban de aceite de oliva, después de parafina y más tarde de petroleo. Las señales luminosas alcanzaban las 23 millas naúticas que vienen a ser unos 42 kilómetros. El faro actual cubre una distancia que alcanza hasta las 100 millas (185 Km). Una curiosidad: no tiene ascensor y los 186 escalones que componen su escalera de caracol, eran subidos por los fareros hasta tres veces al día para apagar y encender las lámparas.
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— Jenny Martínez Parra (@twisterjenny) febrero 28, 2015
Fuente: Región de Murcia. Vegas, mares, montañas… Mucho más de lo que imaginas. Ismael Galiana Romero
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